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Hace unos meses recibimos una llamada de una importante entidad bancaria. En la llamada no nos dieron muchos detalles, simplemente nos pedían ayuda para traducir mucho contenido en muy poco tiempo. Además, se inclinaron por una herramienta de traducción que permitiera la instalación en sus servidores para mantener el máximo nivel de seguridad.
De momento el proyecto no ha arrancado, pero el análisis de sus requisitos nos sirvió, y mucho, para definir exactamente qué tipo de aportación a largo plazo podemos dar a un cliente y reflexionar para proponer una solución a un problema real de cierta magnitud.
Del mismo modo, la propuesta que les planteamos puede servir a otras empresas que se enfrenten a un desafío parecido. De hecho, al principio, el cliente necesitaba un sistema tecnológico y los procedimientos correspondientes para traducir una gran cantidad de palabras a diferentes idiomas en poco tiempo, que, sin embargo, también debía ser adecuado para gestionar rápidamente pedidos continuos más adelante.
Análisis y estudio de la situación
Nuestro interlocutor había encontrado nuestro translation proxy white paper, así que nos pidió una oferta técnica para evaluar la viabilidad de traducir uno de los sitios B2C del banco utilizando esta tecnología.
Antes de nada, le hice una serie de preguntas para entender la envergadura del proyecto y valorar si el uso de un proxy era la mejor opción. Cualquier persona que pretenda abordar un proyecto de traducción complejo como este debería hacerse también estas preguntas antes de dar los primeros pasos, porque la elección de la estrategia adecuada dependerá de cuáles sean las respuestas:
- ¿En qué tecnología se basa el sitio que se va a traducir? ¿Se trata de algún framework/plataforma de terceros o se ha desarrollado desde cero?
- ¿De qué tipo de web se trata?
- ¿En qué idiomas es necesaria la traducción?
- ¿Existe una estimación del volumen inicial y de la frecuencia/cantidad de las futuras actualizaciones?
- ¿En cuánto tiempo se requiere la traducción?
- ¿Cuál es el presupuesto disponible?
- Si la solución no puede instalarse en un servidor propio, ¿qué tipo de certificaciones debe tener para cumplir las normas de seguridad de la empresa?
Resultó que estaban buscando una solución para traducir a cuatro idiomas europeos el contenido de distintas páginas web y aplicaciones de banca online para particulares, desarrolladas basándose en varias tecnologías tanto legacy como más recientes.
No nos dieron un presupuesto, pero en total era un volumen muy alto de palabras a traducir en poco tiempo, y con un SLA (Service Level Agreement) de horas, una vez puestos al día. Además, por la naturaleza sensible de los contenidos, preferían una solución in-house en lugar de SaaS (Software as a Service).
Una propuesta a medida
Tras analizar los datos obtenidos, destacamos los aspectos más importantes desde el punto de vista del cliente: la solución ideal debía garantizar el seguimiento del proyecto, la solidez de la solución tecnológica, la fiabilidad del equipo humano y sobre todo una experiencia óptima para el usuario final.
Sobre estos ejes hemos desarrollamos nuestra propuesta, que ha tomado forma en cuatro acciones clave.
1. Designar un gestor de traducciones dedicado
Ante todo les recomendamos que designaran o contrataran a un gestor de traducciones interno. Este perfil puede tener varios nombres: localization manager, language project manager, translation lead... es decir, alguien que se haga responsable de todos los contenidos que se vayan a publicar en otros idiomas.
Para poder gestionar un proyecto de esta envergadura se necesita a una persona que esté al tanto de los procedimientos internos de la empresa y se encargue de supervisar todo el proceso una vez esté puesto en marcha.
Si ya hubiera alguna persona disponible en la empresa, trabajaríamos con ella, de lo contrario podríamos encargarnos de toda la selección, desde redactar la job description y entrevistar a los candidatos hasta la formación inicial de la persona contratada.
2. Elegir una tecnología segura pero flexible
Desde el punto de vista técnico, Qabiria no tiene tecnologías propias que ofrecer, pero nuestra especialidad es dar asesoramiento para lograr la elección del mejor colaborador tecnológico. El panorama es muy variado y existen más opciones a parte de un proxy de traducción. Lo que necesitaban era sobre todo un sistema de gestión de traducciones (TMS), capaz de interpretar los formatos y el código de programación y separarlo del contenido textual de las aplicaciones.
Por otra parte, el hecho de que quisieran poder instalar el programa en sus propios servidores comportaba un esfuerzo mayor. Esto se debe a que, desde cierto punto de vista, las diversas opciones de programas «tradicionales» (SDL Trados, Star Transit, Déjà-Vu) tienden a ser un poco engorrosas y complicadas si no se tiene experiencia con ellas.
Al margen de estas, existen otras herramientas web-based que agilizan mucho el proceso, pero rara vez se pueden instalar en un servidor propio. He aquí una preselección:
- Weblate - Bastante potente, compatible con muchos formatos.
- Serge.io - Herramienta muy interesante porque permite separar la parte del desarrollo de la parte de la traducción (para que el proveedor de traducciones no tenga acceso al código fuente) independientemente del programa de traducción que se use.
- Mojito - Solución más ligera pero un poco más compleja, que carece de interfaz de usuario y requiere el uso de la línea de comandos.
- OpenTM2 - Desarrollada con el apoyo de IBM, pero lleva parada desde hace un par de años.
- SWeTE - Uno de los pocos proxies de traducción que se pueden instalar, pero su desarrollo lleva 6 años parado en una fase muy temprana. Se podría usar como base para desarrollar algo propio.
En cambio, entre las que son completamente online les recomendé:
- Smartling - Nuestro cliente desde hace más de 10 años, muy fiable, tecnología y seguridad garantizadas.
- Crowdin - Herramienta muy completa, con gestión de equipos avanzada.
- Transifex - Herramienta de larga trayectoria, bastante establecida en el mercado.
Nuestro papel en este ámbito consiste en mantener el contacto con estos proveedores y ofrecer asistencia en la elección de la tecnología adecuada según las indicaciones del cliente. Paralelamente nos encargaríamos de redactar las especificaciones técnicas de posibles modificaciones del programa original según las necesidades concretas del proyecto.
Si por ejemplo un formato de archivo utilizado no es compatible con la herramienta elegida, podemos ayudar a desarrollar el filtro/conector necesario. Asimismo, si la solución final consta de varias herramientas, por ejemplo Serge.io junto con otro programa de traducciones, nos aseguraremos de que el proceso al completo se desarrolle sin sobresaltos.
3. Encontrar y formar los recursos humanos
A continuación, este servicio requería la búsqueda y selección del equipo de lingüistas que llevaría a cabo la traducción propiamente dicha. Solemos recurrir tanto a nuestros contactos como a nuevos proveedores, pero en cualquier caso este paso normalmente conlleva una prueba de traducción y una entrevista por videollamada. Además, los traductores recibirían una introducción al uso de las herramientas y les proporcionaríamos el soporte necesario para familiarizarse con ellas.
Llegados a este punto, solo quedaría fijar las tarifas de traducción por palabra, según los distintos idiomas de destino y los demás factores a tener en cuenta en fases más avanzadas. Sea como fuere, nosotros seríamos los encargados de centralizar íntegramente la relación con los traductores, gestionando los encargos en su totalidad, incluyendo el recuento de palabras, la distribución de tareas, la facturación y el seguimiento de los pedidos.
4. Redactar los manuales de procedimientos y estilo
Por último, nos ofrecimos para escribir los procedimientos relativos a los flujos de trabajo. En un proyecto de esta naturaleza no basta con definir los procesos de traducción y revisión. También hay que prever el método de testeo de las aplicaciones, el informe, seguimiento y corrección de errores, el mantenimiento de memorias de traducción y bases de datos terminológicas, etc.
Además, en relación a los aspectos lingüísticos, los traductores van a necesitar unas guías de estilo para cada idioma de destino donde se detallen las normas ortotipográficas a seguir, el tono de voz, un diccionario de dudas, etc. Estas guías son muy recomendables para que la experiencia de usuario sea coherente, gracias a la uniformidad y cohesión de los textos.
Proxies de traducción: ¿una solución viable?
En resumidas cuentas, aunque la colaboración de momento no haya empezado, ha sido un buen “ejercicio” que nos ha hecho reflexionar sobre cómo enfocaríamos un desafío como este. La respuesta es que podemos aportar nuestros conocimientos y nuestra experiencia a un proyecto de estas características, aplicando las mejores prácticas de localización, para agilizar al máximo el flujo de trabajo y poner a punto un sistema sólido y funcional.
Nuestra propuesta tenía dos fases principales: la selección de recursos humanos y tecnológicos clave por un lado y la redacción de especificaciones técnicas, procedimientos, directrices y guías de estilo por el otro. No sabemos si finalmente un proxy de traducción sería la elección más adecuada en este caso concreto, pero lo valoraríamos junto con otras opciones sopesando todos los factores involucrados.
Si tú también te encuentras en la misma situación y necesitas apoyo para que la traducción de tus contenidos sea lo más eficaz posible, tanto desde el punto de vista lingüístico como tecnológico, cuéntanos tu caso y te echaremos una mano.