Cajas chinas

Cómo no traducir una aplicación de Android

Uomo con tablet

Hace poco nos encontramos con un caso sorprendente de desconexión entre traductores y programadores informáticos, o cuando menos entre quienes traducen y quienes crean aplicaciones multilingües.

Recibimos una petición de asesoramiento de un compañero traductor que tenía que traducir las cadenas de una aplicación de Android, que por razones de confidencialidad no podemos nombrar.

La empresa de software necesitaba traducir la aplicación a unos diez idiomas y había pedido a este traductor que la tradujera a su lengua materna.

Como ya explicamos en el artículo «Se busca nueva lengua: cómo solicitar servicios de traducción”, el sector de la traducción es un gran desconocido para la mayoría de las personas y a menudo se producen malentendidos o errores debido a la falta de conocimiento sobre las mejores prácticas. En este artículo queremos contribuir a una mejor compresión del proceso de traducción.

La persona encargada de gestionar las traducciones de esta aplicación tuvo una idea (probablemente considerada brillante): insertar todas las cadenas a traducir dentro de un archivo Excel.

Esta práctica es bastante habitual entre quienes gestionan proyectos de desarrollo multilingüe. Esto tiene por objeto facilitar la labor del traductor. Desafortunadamente, pegar las cadenas para ser traducidas a un Excel casi nunca es la mejor opción.

El resultado puede verse en la siguiente captura de pantalla.

Archivo Excel con contenido XML

Las cadenas introducidas en el archivo Excel estaban a su vez contenidas en un archivo XML, del tipo «Android Resource».

El traductor, al abrir el archivo Excel con la herramienta habitual de traducción asistida, se encontró con un montón de código que debería haber ignorado (es decir, que debería haber conservado), ya que de lo contrario la aplicación traducida no funcionaría.

Pantalla de traducción de OmegaT

Se requiere un paréntesis corto para aquellos que no están familiarizados con el método de trabajo habitual de los traductores.

Cómo trabaja un traductor técnico

La mayoría de los traductores técnicos utilizan programas informáticos especiales que reúnen una única interfaz:

  • una base de datos con las traducciones ya realizadas,
  • uno o varios glosarios,
  • el corrector ortográfico,
  • el corrector gramatical,
  • y muchas otras funciones.

Estos programas se denominan «CAT tools» (del inglés Computer-Assisted Translation), o «herramientas de traducción asistida por ordenador», o también «memorias de traducción», porque guardan todo el trabajo realizado en una verdadera «memoria», para poder reutilizarlo posteriormente.

Estas herramientas no deben confundirse con los traductores automáticos, como Google Translate, que no presuponen la intervención humana. Las TAOs también pueden tener un cuadro donde se muestran los resultados de la traducción automática, pero esta función es solo una de las muchas disponibles para el traductor.

Además, las CAT tools son capaces de abrir y reconocer muchísimos formatos de archivo, lo que ofrece al traductor una visión «limpia» del contenido a traducir. Es decir, ocultan todos los elementos que el traductor debe ignorar, como el código de programación, las etiquetas HTML, cualquier comentario, etc.

Volvamos a nuestro proyecto ahora.

En este caso, la apertura del archivo Excel enviado por el cliente crea una especie de «cortocircuito» en el programa de ayuda a la traducción: el programa piensa que está tratando con una hoja de cálculo ordinaria, por lo que muestra todo el contenido de las celdas.

Sin embargo, este contenido incluye el código y las etiquetas del XML, que no deben ser traducidas, como se puede ver en la imagen de arriba.

¿Cómo resolvimos el problema?

Repitamos primero cuál fue el error.

El formato «Android Resource» es uno de los que pueden leer los programas de traducción. Pegar su contenido en un archivo Excel es completamente inútil, porque el programa podría abrir el archivo directamente con la extensión .xml.

La persona encargada de gestionar las traducciones podría haber enviado este XML directamente al traductor, especificando que se trataba de un archivo «Android Resource», en lugar de crear esta especie de «caja china» (XML dentro de Excel).

Para resolver el problema, basta con guardar el archivo Excel como un archivo de texto simple, asegurándote de utilizar la codificación UTF-8 y añadir la extensión correcta, es decir, .xml.

Entonces el archivo puede ser abierto en el programa de traducción y el traductor visualizará, como corresponde, solo las partes que debe traducir. Aquí puedes observar una visualización del mismo archivo en OmegaT, un programa de traducción asistida gratuito y de código abierto del que hablamos a menudo en este blog:

Pantalla de traducción de cadenas de una aplicación en OmegaT

A diferencia de la imagen anterior, aquí las cadenas aparecen aisladas del código y las etiquetas. El traductor puede centrarse en el contenido sin temor a dañar el código fuente.

Un consejo para quienes solicitan traducciones de aplicaciones

Antes de enviar el contenido para su traducción, quienes estén desarrollando una aplicación para Android o iPhone deben ponerse en contacto con el proveedor de traducciones y preguntar si pueden traducir directamente el formato nativo del archivo con las cadenas traducibles. Dada la versatilidad de los modernos sistemas de ayuda a la traducción, la probabilidad de que el traductor pueda trabajar directamente con ese archivo es muy alta.

Incluso si no puedes abrir el archivo fuente directamente, hay métodos (como ya hemos explicado en otros artículos, como «Cómo traducir un curso de Moodle» y «Traducir archivos XML sin que duela: ¿una misión imposible?”) para extraer el contenido traducible y ponerlo a disposición del traductor y luego, tras la traducción, volver a insertarlo en el archivo fuente, con un enorme ahorro de tiempo para quien solicita la traducción.

Podemos ayudarte a traducir tu aplicación de Android. Contacta con nosotros para obtener un presupuesto sin compromiso.

Traductor técnico, project manager, emprendedor. Está licenciado en Lenguas y cuenta con un máster en Diseño y Producción Multimedia. Fundó Qabiria en 2008

Leer también

Habla con nosotros

Cuéntanos qué necesitas enviándonos un correo electrónico a hola@qabiria.com o mediante el formulario de contacto. Tendrás una respuesta garantizada en 24 horas, pero habitualmente mucho antes.

Contacta con nosotros