Algunas decisiones de algunas empresas escapan a mi comprensión.
Hace algún tiempo vi un grave error en un cartel del parque de atracciones Legoland Deutschland. Pensé que sería un caso aislado. En cambio, recientemente he encontrado más traducciones chapuceras en el sitio web de LEGO® y en su página de Facebook en español.
Si estuviéramos hablando de una pequeña compañía, no me escandalizaría tanto.
Pero LEGO es una empresa que facturó alrededor de 5.160 millones de euros en 2019, con un beneficio neto de más de 1.100 millones de euros y más de 16.000 empleados. El grupo FCA (Fiat Chrysler) en el mismo año tuvo una facturación de 108 mil millones con un beneficio neto de 2,7 mil millones, y estamos hablando de coches de verdad, no de plástico.
Esta falta de atención a la traducción difícilmente concuerda con la filosofía de LEGO®, cuyo lema es «solo lo mejor es lo suficientemente bueno».
Pero vayamos a los hechos.
Hace algún verano visité el parque de atracciones Legoland Deutschland en la zona de Günzburg, en Alemania, con mi familia. Mientras caminaba dentro de la atracción Lego Factory (donde se explica el proceso de producción de los ladrillos LEGO®), cuando llegué a la zona donde se pueden comprar piezas sueltas por peso, me di cuenta de que la traducción al italiano de un aviso la había escrito alguien que, a todas luces, no sabía italiano (como se puede ver en la imagen de abajo).
Como profesionales, estamos acostumbrados a notar inmediatamente los errores de traducción que pululan por los más diversos lugares y, honestamente, ya estamos casi acostumbrados. Sin embargo, es sorprendente descubrirlo en un lugar donde reina la máxima atención al detalle. Es aún más sorprendente si se considera que lo cometió una colosal compañía que ha hecho de la precisión una de sus señas de identidad. ¿Cómo es posible que nadie haya tenido la consideración de pedir una traducción, no digo ya de un profesional, sino al menos de un hablante nativo?
Hay que decir que el error es solo parcialmente atribuible a LEGO®, ya que el parque está gestionado por el grupo Merlin Entertainments, especializado en la creación y gestión de parques de atracciones. Estamos hablando de otro gigante, con un volumen de negocios de más de 1.000 millones de libras esterlinas y que posee o gestiona 110 parques en 23 países de todo el mundo.
Está claro que un cartel como el de la tienda de LEGO® es solo un pequeño detalle dentro de una máquina muy compleja. A pesar de todo, el mensaje mal traducido llega a los visitantes (para aquellos que no saben alemán, simplemente pide que pongan las piezas sueltas en una bolsa diferente a la que se usa para las minifiguras, ya que tienen precios diferentes), pero en cualquier caso al final no es más que una anécdota para que nosotros los traductores tengamos algo de lo que hablar.
Sea como fuere, no deja de producirnos asombro y amargura la falta de consideración que se le da a la lengua en un lugar frecuentado por miles de visitantes.
Esta situación se repitió hace unas semanas cuando, al navegar por su tienda online en español, me encontré con otro error: «Back» aparecía traducido como «Espalda» en lugar de «Volver atrás», probablemente porque se debía a una traducción automática, precipitada y de escaso nivel. De nuevo, una imagen que verán decenas de miles de compradores se toma a la ligera y se traduce de cualquier manera. Una lástima.
Para evitar cometer errores así conviene confiar en profesionales. En Qabiria podemos acompañarte en la internacionalización de tus productos y servicios. Llámanos para saber más.